Las prótesis dentales fueron durante años conocidas como «dientes de Waterloo». ¿A que se debía esta denominación?
Los conocidos «dientes de Waterloo» eran prótesis desarrolladas con dientes originarios de cadáveres humanos.
En el siglo XIX las prótesis son un bien muy preciado entre las clases adineradas, debido a la necesidad de reponer aquellas piezas perdidas para poder comer.
La alta demanda de la época junto a la escasez de dientes, así como a la gran contienda europea de la época, hace que empiece la recolección de piezas dentales de aquellos cadáveres resultantes de las guerras.
En batalla de Waterloo perecieron o resultaron heridos más de 50.000 hombres. Con el fin de la batalla se inicia la recolección de los carroñeros, iniciándose la búsqueda de un bien muy preciado: incisivos en buen estado.
Tras esta batalla, el mercado de dientes se incrementó de manera considerable y sin depender del origen de estos, las prótesis dentales adquirieron el nombre de dientes de Waterloo.
Esta masacre inundó el mercado odontológico de dientes sanos y jóvenes, pudiendo abastecer a la burguesía europea y la de las colonias. Años después en la guerra de Secesión americana, se siguieron saqueando cadáveres para mantener el suministro de los catálogos dentales que siguen anunciándose como dientes de Waterloo.
Desde entonces se conoce a cualquier prótesis removible confeccionada con dientes humanos de esta época como «dientes de Waterloo». No es hasta finales del siglo XIX cuando se produce el declive de este tipo de prótesis por la aparición de prótesis dentales confeccionadas en porcelana.