Aunque realices tu higiene oral diaria y no tengas molestias es importantísimo acudir a revisiones periódicas, en las que se podría detectar cualquier patología a tiempo. Sigue leyendo para descubrir en qué consiste y cuándo hay que realizar la primera revisión.
¿EN QUÉ CONSISTE UNA REVISIÓN?
En una revisión, el odontólogo realizará un control de toda la boca (dientes, encías, tejidos blandos…), siendo muy importante comunicarle las últimas novedades de tu estado de salud (nuevas alergias, medicación, operaciones, patologías…).
Es de vital importancia que el paciente comunique toda la medicación que está tomando en el momento de la revisión, sin obviar vitaminas o antiinflamatorios entre otros.
Una revisión periódica es uno de los pilares de una buena salud bucodental, junto con una buena alimentación y una adecuada higiene oral. Por lo tanto, no hay que omitir acudir cada cierto tiempo a tu dentista, ya que cualquier problema se resuelve más fácil si se diagnostica a tiempo.
¿CUÁNDO DEBO REALIZARLA?
Normalmente con acudir una vez al año al dentista es suficiente, coincidiendo normalmente con la limpieza anual que suele hacerse. Todos aquellos pacientes con un riesgo alto de caries o con una enfermedad periodontal deben mentalizarse que solo acudiendo una vez al año están poniendo en riesgo su salud oral, estos pacientes deben acudir mínimo 2 veces al año al dentista para llevar a cabo sus controles y/o mantenimientos. Que hayas acudido una vez al año no influye en que en un momento dado tu dentista considere que debas acudir en un periodo de tiempo más corto, son unos tiempo que pueden verse modificados bajo la valoración de tu odontólogo.
En niños es recomendable realizar un control cada 6 meses, controlando en ellos el recambio dentario, su crecimiento, si la higiene oral es correcta y controlando la aparición de caries.
Si en cualquier momento crees tener problemas o molestias debes acudir cuanto antes a tu dentista, sin esperar a la próxima revisión.
¿CUANDO DEBE ACUDIR UN NIÑO POR PRIMERA VEZ AL DENTISTA?
Actualmente la tendencia es que el niño acuda por primera vez durante el primer o segundo año de vida. En esta primera visita, el dentista revisará la existencia de caries y anomalías de la erupción dentaria, instruirá a los padres en una correcta higiene.
Otro de los objetivos de las primeras visitas es intentar evitar que desarrollen miedos que puedan influenciarle posteriormente. Para lograrlo es muy importante contar con la colaboración de los padres, estos deben evitar comentar ciertas cosas delante del niño y evitar transmitirles sus propios miedos.